Algunos de los grandes del rock trascendieron más allá de su música y ejercieron una influencia considerable, no sólo en la juventud del momento, sino en adultos y generaciones sucesivas, que los veneraron y los convirtieron en referencias personales y auténticos mitos. A ésto ha contribuido, en muchos casos, sus muertes sospechosamente tempranas, a veces en circunstancias extrañas, por drogas, accidentes (sobre todo de tráfico), enfermedades fulminantes, aparentes suicidios o asesinatos imputados a supuestos locos. Otros estuvieron a punto de desaparecer por similares motivos (Mick Jagger, Bob Dylan, etc.), pero por pura chamba salieron relativamente ilesos, aunque no volvieron a ser los mismos anti-conformistas. Este mal no sólo ha afectado a los lideres del rock, y si no que se lo digan a Cafrune, que tampoco llegó a viejo.